MoMA

Voy por la página 102 cuando un papel planea desde mi libro. Un dibujo geométrico con la firma de Alfonso, mi compañero en COU. Pintor de fama internacional ahora. La última vez que le vi fue en el MoMA, en una impresionante exposición. Casi ni hablamos, su minuto de atención por persona no dio para más.

Pero del adolescente encorvado y monosilábico no quedaba nada. Erguido y orgulloso de su obra iba de grupo en grupo como si hubiera nacido en una sala del museo. Le recuerdo en clase, dibujando, con los rizos en la cara, haciendo composiciones imposibles. Le recuerdo en esa fiesta. Hace 18 años.

Guardo el boceto en el libro. Mi hijo está en la mesa de la cocina, dibujando, con los rizos en la cara. Como todos los días, me planteo contarle la verdad. Como todos los días, me quedo callada y sigo leyendo.

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